Fiestas en Tarragona. Sant Jordi

Diada de Sant Jordi en Tarragona

Sant Jordi en Tarragona

Para Sant Jordi, en Tarragona se organiza la venta al aire libre de libros y rosas en la Rambla Nova.
También es muy común ver los tradicionales castells durante las festividades de Sant Jordi.

Resulta peculiar ver a todo el mundo paseando tranquilamente por la calle con una rosa y mirando grandes librerías al aire libre.

Tradición y leyenda de sant Jordi, por Eduard Juncosa:

¿Qué pasa el 23 de Abril en Catalunya, en Valencia y en Mallorca?

Diada de Sant Jordi

Pues que es la Diada de Sant Jordi, el patrón de los Países Catalanes.
La tradición de la rosa y el libro es muy antigua y está muy arraigada en toda la sociedad y en todas las edades.

Las mujeres reciben una rosa de su amado y ellos son recompensados con un libro.
Tradicionalmente en toda Catalunya durante la diada de Sant Jordi el 23 de abril, las parejas se regalan una rosa y un libro.

La tradición del libro es sencilla de explicar; en este día se conmemora la muerte de dos grandes plumas de la Historia de la Literatura: Miguel de Cervantes y William Shakespeare.

Esta fecha está declarada por la Unesco como el día del libro.

La historia de la rosa, es más compleja, pero está rodeada por una aureola de romanticismo que la hace especial.
Todo nace a partir de una leyenda medieval de Sant Jordi:

Leyenda medieval de Sant Jordi

«Había una vez un monstruo que vivía en un lago al lado de una pequeña ciudad. Su presencia tenía atemorizada a toda la población y su aliento llegaba hasta el interior del recinto amurallado. Para evitar su ira y no tentar su ferocidad, los ciudadanos tenían que llevarle cada día dos ovejas.

Pero las ovejas se acabaron y el cruel animal amenazaba con atacar y arrasar toda la población.
Por eso el rey decidió que se le iban a entregar personas. Mandó que todos los padres diesen a sus hijos, uno por uno, a la fiera. Siguiendo un sistema de azar; pero un día, por este sistema, le tocó a la hija del rey. Este, lleno de pesar, dijo al pueblo que repartiría todos sus bienes si la princesa era dispensada de su muerte segura. El pueblo no lo quiso, incluso amenazaron con quemar el palacio real, por eso aceptó y libró a su hija a la bestia.
Cuando la princesa ya había hecho gran parte del camino sola, pasó por allí un caballero sobre un gran corcel blanco.
El caballero, viendo a la doncella desconsolada le preguntó qué le pasaba. Ella se lo explicó y, cuando se percató de que el dragón se acercaba hacia donde estaban, el caballero tomó la lanza y se enfrentó con la cruel fiera.

Sant Jordi, que era el caballero, hirió gravemente la bestia, la ató con el ceidor de la princesa y lo pasearon por toda la ciudad como un perro indefenso para demostrar que estaba vencido.
Finalmente, el caballero le clavó con fuerza la lanza y lo mató definitivamente.

De su sangre, nació un rosal bellísimo, del cual cortó la rosa más hermosa para entregársela a la dama.»

De aquí nace la tradición de la rosa como presente del día de Sant Jordi.

Por Eduard Juncosa i Bonet, Doctor en Historia Medieval

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